domingo, 8 de junio de 2008

Las vidas ejemplares

A mi modo de ver intentar llevar lo que hoy se conoce como una vida "ejemplar" requiere una disciplina semejante a la que en épocas pasadas se destinaba a consagrarse a la religión, ya que nuestra sociedad ha creado unos arquetipos de perfección de tal rigidez que casi es más sencilla la vida monástica.

Veamos, por ejemplo, lo que se considera hoy una mujer adulta digna de admiración. Para empezar ésta tiene que tener una buena formación intelectual que le permita tener un buen trabajo, una apariencia física agradable como corresponde al premio por llevar una vida saludable (comida sana, práctica deportiva y no fumar), una pareja estable y unos hijos perfectamente educados. Además la educación de estos hijos debe haber estado cimentada en la lectura de un cuento antes de que éstos entren en brazos de un buen sueño reparador. Claro que antes de llegar el momento de irse a la cama, los hijos han debido tomar una cena sana a base de alimentos naturales y bien elaborados que por supuesto habrá preparado ese dechado de virtudes que es la mujer del siglo XXI. Ahora cabría preguntarse si los días de estas supermujeres tienen más horas que los de las más corrientes porque lo normal es que cuando, después de una jornada agotadora de trabajo, llegas a casa estás ya casi para entregarle tu alma al Altísimo, así que si además has tenido que pensar en el cuento que vas a explicar a tus hijos esta noche, en la cena que vas a preparar, en qué te pondrás mañana para estar de nuevo encantadora, en sonreírle a tu esposo cuando llegue del trabajo, en intentar buscar la forma de quitar la mancha del suelo del comedor... No me extraña que muchas no puedan soportar la presión y acaben al final del día tristes y pesarosas por comprender que jamás alcanzarán la tan anhelada perfección y se metan dos "Donuts bombón" entre pecho y espalda.

Sin embargo, tampoco creamos que es fácil ser un hombre adulto ejemplar. Para empezar se te exige haber triunfado en la vida laboral y tener un sueldo que te permita pasear a tu perfecta y sana familia en un monovolumen de último modelo para llevar a cabo unas vacaciones ecológicas y carísimas ( porque ya sabemos que resulta mucho más barato pasar el vereno en el camping "La ballena alegre", de Castelldefels ,que hacer senderismo en La Cerdanya), en segundo lugar, tienes que ser un hombre sensible y no hacer ni decir nada que pueda parecer machista, aunque hayas sido testigo de cómo tus compañeras de trabajo se derriten cuando se topan con un buen macho. En resumen, como siempre, debes ser "el que la tiene más larga" pero sin hacer ostentación de ello.

Aunque quizá lo más difícil sea ser un niño ejemplar, ya que debe cumplir todas las expectativas que sus padres han puesto en él que para eso se han tomado su tiempo antes de concebirlo. Para empezar es muy posible que sea hijo único con lo que él tendrá que tener aquellos atributos que en otra familia se repartirían entre varios hermanos. Desde bien pequeño se le exigirá ser un buen estudiante, además, por supuesto, de ser un gran deportista, ya que para eso está practicando deporte desde poco después de quitarse el pañal, pero también deberá ser un virtuoso de la música, tener muchos amigos , ser cariñoso con los adultos...

En resumen quizá lo mejor sea vivir ajeno a la ejemplaridad e intentar aceptarte con tus limitaciones porque de lo contrario puedes pasarte la vida intentando ser lo que no eres y no siendo al final nada más que un ser insatisfecho.

Ana Ozores

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Cada vez que leo tus artículos, un escalofrío recorre mi espalda. Dices verdades como templos, y no dejas de lado el humor. En cuanto al artículo, las limitaciones del ser humano serán siempre las mismas. Tal vez si en lugar de intentar ser algo que no somos nos pudieramos aceptar tal cual somos, a los demás les costaría menos vernos con mejores ojos, y cómo no, sin exigencias de por medio.

Un saludo de tu admirador,

T. Siro

Anónimo dijo...

Como "ejemplar" sólo significa "que puede servir de ejemplo" sin especificar sin en positivo o en negativo (cada cuál haga su elección), propongo otro tipo de "ejemplaridad" más castiza y más apartada de los estereotipos de "Mujeres desesperadas", que muchas veces resultan lejanos y de extraña identificación (cuesta dedicarse a los quehaceres hogareños con semejante cantidad de maquillaje, laca ya pantalones o faldas ajustados...):

Con mi chándal y mis tacones,
arreglá pero informal,
domingo por la mañana
él me saca a pasear.
Mientras va lavando el coche
dejo la casa arreglá
para luego, cuando venga
no tener que hacer más ná.
Taquitos de jamón, choquitos y gambas
yo me harto de comer
y por la tarde lo dejo
pa que escuche el carrusel.
Con los niños por delante
nos vamos al hiper.
Mi marío tiene, por fin,
la tarde libre,
y a empujar los carritos, que ole,
nos vamos al hiper.
Ya sa perdió, hay que ver que tiene brega,
si lo sabré yo,
este hombre en la bodega
se lo gasta tó.
El ascensor, se ha roto el ascensor,
¡ay, cómo pesan las bolsas,
pero qué gusta da ver
los forladys que rebosan!
Es un diario, sentrañas, es un diario...
Es un diario que mi marío
me pida, sentrañas, es un diario
que le haga lo del vídeo comunitario.
Le dije bueno,
pa qué le dije ná,
con lo bien que estaba yo callá,
pa qué le dije ná, con lo bien...
le dije bueno.
Mi perdición,
por darle gusto, esa fue mi perdición:
porque ya no hacemos ná de ná,
sin el televisor.
¡Estoy atacá, estoy atacá!
Estoy atacá,
mal palo en las costillas a ti te den,
riapitá, mira que estoy atacá,
por los traguitos que tú
me haces de pasar.
Cogé la puerta,
estoy na más deseandito,
riapitá, mira de cogé la puerta,
y al salir, ¡salir corriendo como las locas!
Estoy mala de los nervios,
¡estoy mala de los nervios!
¡Ay qué hartura, Dios mío,riapitá, mira que me voy a la calle a pegar chillíos...!

MARTIRIO, Sevillana de los bloques