domingo, 28 de septiembre de 2008

El otoño , el tiempo y la madre que los parió

Ya tiene el sol color de otoño, ya los días son cada vez más cortos , ya está otra vez la naturaleza agotándose para volver a renacer en la próxima primavera... Estos ciclos parecen emocionantes cuando eres muy joven y la vida parece tener muchas cosas que ofrecerte, pero cuando ya has vivido muchos de estos ciclos sientes que es otra repetición de lo ya visto y hecho y aparece esa sensación de tediosa rutina, contra la cual es tan difícil luchar.

Sin embargo, tampoco es que la madurez desee cambios demasiado drásticos, pues en cierta manera uno se ha acostumbrado a su vida rutinaria y aunque a veces eche de menos grandes emociones, en su fuero interno teme que el cambio pueda ser para peor, con lo que finalmente acaba diciendo: "Virgencita, que me quede como estoy".

Aunque, por otro lado, resulta apasionante ser testigo de esas vidas adolescentes que están anhelantes de recibir todo lo hermoso que nos puede ofrecer la vida porque pese a todo vivir es una experiencia sorprendente y única a la que se le tiene que poner ganas y pasión.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Y se acabó lo bueno! Cómo se nota la marcha del veranito... ¡Buah! "Demasié" pal' cuerpo... ¿Cómo han ido esas vacaciones, cronistas? Me imagino que bien, el tiempo de reflexión y descanso es el mejor. Os he echado de menos este tiempecito que no se publicaba nada, y como no he ido a Gaza... ¡Me quedé callado, para no meter la pata! Al comenzar el ciclo, me he dado cuenta de que la instrucción de uno no se queda en las típicas materias, como las Matemáticas, Catalán o Castellano, si no que las hay tan complejas como Antropología, Sociología y Dinámica... ¡S.O.S.! De todas formas, un ciclo precede a otro, pero se queda en eso, en ciclo... ¡Así que hay que vivir cada ciclo con la máxima alegría, aún si eso significa celebrar la tediosa rutina de todos los días!

¡Un besazo!

T. Siro